sábado, 3 de abril de 2010
ANABAN , EL HADA MARIPOSA. SI ESTAS EN EPOCA DE CAMBIO,¿QUIEN MEJOR QUE UN HADA MARIPOSA PARA MOSTRARTE EL CAMINO?? COMO SABES ESTOS CURIOSOS ANIMALES, NACEN SIENDO ORUGAS Y CON EL TIEMPO SE TRANSFORMAN EN LOS SERES MAS BELLOS BONITOS QUE HAY...DE LA MISMA MANERA LA SITUACION ACTUAL PUEDE CAMBIAR A UNA EPOCA DE FELICIDAD Y ALEGRIA SI SIGUES SUS CONSEJOS.....VE Y ESCUCHA.
¿DONDE VIVEN LAS HADAS? Las hadas residen, habitualmente,en los bosques frondosos,porque es allí,donde se ven rodeadas de todas esas flores silvestres tan llamativas y coloridas que tanto les alegran y les atraen. Pero no es este el único sitio donde las hadas pueden establecer su residencia,puesto que se dice que alrededor nuestro,en nuestros hogares,las hadas pueden estar,también,haciéndonos nuestras vidas más llevaderas,gracias ala energía positiva que nos facilitan,y que nosotros canalizamos y exteriorizamos a loa demás. Además las hadas,en cierta manera,se podría decir,que se encuentran en todos los ambientes y controlan todo,hasta los elementos,que van desde lo más complejos hasta los más sencillos como son el aire,el fuego,el agua y la tierra.
Poema de Rubèn Darìo
¿Fue en las islas de las rosas,
en el país de los sueños,
en donde hay niños risueños
y enjambre de mariposas?
Quizá.
En sus grutas doradas,
con sus diademas de oro,
allí estaban, como un coro
de reinas, todas las hadas.
Las que tienen prisioneros
a los silfos de la luz,
las que andan con un capuz
salpicado de luceros.
Las que mantos de escarlata
lucen con regio donaire,
y las que hienden el aire
con su varita de plata.
Las hadas —aquella tropa
brillante—, Delia, que he dicho,
por un extraño capricho
fabricaron una copa.
Rara, bella, sin igual,
y tan pura como bella,
pues aún no ha bebido en ella
ninguna boca mortal.
De una azucena gentil
hicieron el cáliz leve,
que era de polvo de nieve
y palidez de marfil.
La copa hecha se pensó
en qué se pondría en ella
(que es el todo, niña bella,
de lo que te cuento yo).
Una dijo: —La ilusión;
otra dijo: —La belleza;
otra dijo: —La riqueza;
y otra más: —El corazón.
La Reina Mab, que es discreta,
dijo a la espléndida tropa:
—Que se ponga en esa copa
la felicidad completa.
Dejó caer la divina
Reina de acento sonoro,
algo como gotas de oro
de una flauta cristalina.
Ya la Reina Mab habló;
cesó su olímpico gesto,
y las hadas tanto han puesto
que la copa se llenó.
Amor, delicia, verdad,
dicha, esplendor y riqueza,
fe, poderío, belleza...
¡Toda la felicidad!...
Y esta copa se guardó
pura, sola, inmaculada.
¿Dónde?
En una isla ignorada.
¿De dónde?
¡Se me olvidó!...
¿Fue en las islas de las rosas,
en el país de los sueños,
en donde hay niños risueños
y enjambres de mariposas?
Esto nada importa aquí,
pues por decirte escribía
que esta copa, niña mía,
la deseo para ti.
¿Fue en las islas de las rosas,
en el país de los sueños,
en donde hay niños risueños
y enjambre de mariposas?
Quizá.
En sus grutas doradas,
con sus diademas de oro,
allí estaban, como un coro
de reinas, todas las hadas.
Las que tienen prisioneros
a los silfos de la luz,
las que andan con un capuz
salpicado de luceros.
Las que mantos de escarlata
lucen con regio donaire,
y las que hienden el aire
con su varita de plata.
Las hadas —aquella tropa
brillante—, Delia, que he dicho,
por un extraño capricho
fabricaron una copa.
Rara, bella, sin igual,
y tan pura como bella,
pues aún no ha bebido en ella
ninguna boca mortal.
De una azucena gentil
hicieron el cáliz leve,
que era de polvo de nieve
y palidez de marfil.
La copa hecha se pensó
en qué se pondría en ella
(que es el todo, niña bella,
de lo que te cuento yo).
Una dijo: —La ilusión;
otra dijo: —La belleza;
otra dijo: —La riqueza;
y otra más: —El corazón.
La Reina Mab, que es discreta,
dijo a la espléndida tropa:
—Que se ponga en esa copa
la felicidad completa.
Dejó caer la divina
Reina de acento sonoro,
algo como gotas de oro
de una flauta cristalina.
Ya la Reina Mab habló;
cesó su olímpico gesto,
y las hadas tanto han puesto
que la copa se llenó.
Amor, delicia, verdad,
dicha, esplendor y riqueza,
fe, poderío, belleza...
¡Toda la felicidad!...
Y esta copa se guardó
pura, sola, inmaculada.
¿Dónde?
En una isla ignorada.
¿De dónde?
¡Se me olvidó!...
¿Fue en las islas de las rosas,
en el país de los sueños,
en donde hay niños risueños
y enjambres de mariposas?
Esto nada importa aquí,
pues por decirte escribía
que esta copa, niña mía,
la deseo para ti.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)