domingo, 6 de marzo de 2011
Hace ya mucho tiempo, cuando el mundo era un lugar más apacible, los ángeles de la guarda descendieron a la tierra suspendidos de un rayo de luna para visitar a los hombres. Construyeron sus casas en medio de aquellos que les reconocieron, especialmente cuando estaban necesitados de ayuda y protección. Los ángeles de la guarda se encariñaron con los hombres de la tierra y por eso escogieron quedarse a vivir con ellos. Llévate a casa tu propio ángel de la guarda como recuerdo, para que no olvides que ellos están ahí, protegiéndote a ti y a tu mundo.
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